Disfruto de tu devenir, de tu locura, de todo el descontrol que vives, de como esa imaginación tuya te cautiva y te vuelve a destruir. Soy la semilla que crece en tu inconsciente, que activa los nervios indicados a la hora de explorar tus sensaciones ocultas. Soy un estímulo insaciable que te obliga a querer más y más. Y te sientas callado con tus pensamientos de deseo ignorado quizás que ya estas perdido y que ahora solo vives por mí y para mí. Pues así es como te quiero; falto de valor para luchar, en total desconocimiento de mi naturaleza, en total desconocimiento de tus deseos.
Y te veo venir en tu descontrolada fantasía agarrando a tu mujer en la cocina, sin nada más que decir, ahogado por el deseo incontrolable de poseerla sin conocer el origen sin entender su complacencia, desbocados ambos me instalo ahí en la vorágine de sus actos plagados de mi deseo.